
A la hora de repartir los juguetes y ropas, los chicos brillaban en alegría, y la contagiaban!
Podemos ayudar a los chicos carenciados, demostrarles que no están solos,
que su forma de vida puede mejorar, sólo basta un poco de amor.
Enseñemosle a jugar, a tener esperanzas, a reír, a crecer... a ser chicos.
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